La humanidad actual, lleva una carrera vertiginosa…… No se para. No se detiene. Su afán es acortar todo lo distante y llegar pronto. Pero, a la llegada cesa el afán y la desilusión de lo conseguido pone un tinte de tristeza en cada alma. El vicio del poder, sigue corroyendo los cuerpos y las entrañas del Ser, de los gobernantes del mundo.
Elevemos una oración: Vuelve , ¡oh, Hombre!,
de tu vertiginosa carrera.
Párate.
Escucha tu propia voz.
Date cuenta del fin para que fuiste creado.
Mira a la Naturaleza.
Observa todas sus bellezas y extasíate ante el ave cuyo blando gorjeo llena el bosque de rítmica armonía…
Luego, ojea la planicie.
Vuelve la vista atrás.
Por allí, vienen rugiendo tus hermanos.
No tienen pan.
Hay hambre y sus pequeñuelos lo piden.
Caminan bajo la nieve, y las carnes juveniles les tiritan de frío. Entonces, ¡oh, Hombre!, álzate y ten un gesto de virilidad, de hombría de bien y rebélate contra vos mismo, contra lo
que has creado, contra la misma sociedad desaprensiva, que promulgas
Tiéndeles tu mano y derrama dos lágrimas amargas.
Entonces……. Ora.
La Oración es el místico camino de las almas y el ser humano necesita a cada instante de ella, porque es el único vehículo de comunicación con El Gran Espíritu/Dios-Diosa-Padre-Madre.
Pero, fíjate.
No estoy hablando de esa oración, la de todas las religiones, donde se repiten inconscientemente frases y palabras de hueco sentido, creyendo que ellas tan sólo son capaces de ablandar el corazón de un Dios que parecer ser puramente comerciable, llevándole con absurda apariencia dos velas míseras o autorizando a un sacerdote por unas monedas para que perdone los pecados y conceda privilegios.
No es esa la Oración.
Eso no es , o al menos no es digno, porque Dios, la Suma Omnipotencia, El Gran Espíritu
queda rebajado con este pauperismo tonto.
La Oración es algo más grande, más íntimo, más callado, más profundamente callado…
Sólo orar sin aguardar recompensa.
Esta vendrá luego ……
Nuestra Oración debe ser dirigida, cada día, hacia las fuerzas cósmicas con todo fervor y fe, y cuando estemos saturados del ambiente divino que ellas derraman sobre cada uno, entonces es cuando debemos solicitar la dádiva.
Es decir, que nos penetren, que nos llenen de su santa influencia, que nos envuelvan con su dulce bienestar para que la espiritualidad sea carne de nuestra carne y la enfermedad, la desgracia, el fracaso, la guerra, el hambre, el frío , se detengan a nuestra puerta.
La Oración, además, no debe ser un hábito ni una rutina, sino una fervorosa expansión del Hijo que pide al Padre o del alma que trata de fundirse al espíritu inmenso que todo lo inunda… En la Oración, se debe sentir uno como diferenciado y, sin embargo, unido al todo lo que ES……. Dios-Diosa Gran Espíritu
–como parte que somos de la Divinidad,-
para lograr el dulce éxtasis que a de abrir nuestra rosa bendita…
Y esta a de ser la obligación de cada día.
Si nuestro tiempo es corto, basta un simple recogimiento mental.
A veces, la poesía, la pintura, la música, un paisaje de la misma naturaleza, son bastantes para hacernos sentir y, en ese momento, estamos en oración, en plena unión con el Gran Espíritu …
Si en cada Oración hacemos MAGIA DIVINA, pide en todas ellas por los que crees son tus enemigos.
No hay más grato placer…
Pide también por todos. Por los que nos aman, porque nos comprenden, y por todos aquellos que nos odian, porque no nos comprenden.
La Rosa –que es nuestra propia dignidad latente- irá abriendo sus pétalos en el hilo de las horas y poco a poco nos sentiremos dichosos.
Prueba….NO me creas…..PRUEBA…..
Entonces, la felicidad que buscas en tu vértigo será realizada y a la vuelta de un camino, cuando menos lo esperes, en choza humilde o en suntuoso palacio, te gritará: AQUÍ ESTOY.
Hónrate como Maestro Creador…..que cuando el maestro habla, la rosa de tu corazón, pone sobre sus labios angustioso sigilo y la Esfinge se alza ante él con el dedo en el labio para recordarle su deber de silencio…
No es posible hablar más…
Que las normas que traces para vos, que tus caminos, sean como una Vía Láctea en tu sendero y ellas te ayuden a cultivar tu jardín para que una nueva primavera lo hagan florecer con rosas luminosas y fragantes.
Sólo medita.
Estudia y observa y no rompas, jamás, el ritmo de la naturaleza.
Todo en ella es armonía, arte misterioso y sublime; un verso mágico, como un rayo de sol, cruzando los bellos horizontes y vos –ente divino- tienes el deber de contribuir rítmicamente a esa armonía…
Labra tu piedra y sé sereno…
Si tu espíritu está sereno, porque tu piedra fue labrada, podrás asomarte al alma de todos los humanos para observar sus contrastes de luz y de sombras .
Acabará para vos la rudimentaria y frívola manera de ver las cosas y tu personalidad se ensanchará, rompiendo los límites de tu objetivo para que veas en plena luz.
Hay que ser libres.
Romper las cadenas que nos atan, para arrojar fuera de nosotros la cruz de nuestros viejos prejuicios, y estar exentos de todo bagaje, de cada carga que pueda aprisionarnos.
Así sentiremos sobre nuestros hombros dos alas gigantescas que se agitan y estaremos aptos para el menor impulso de vuelo.
Tal vez un día, no lejano, cultivando tu huerto florido, sientas la gloria del éxtasis, y entonces verás qué sagrado terror y qué amoroso deleite tiene este dulce arrobamiento para tu alma, cuando se sienta desprendida.
Las horas dejarán de ser lo que son, dentro del orden del tiempo, y bajo el arco triunfal de la otra vida penetrarás cubierto de rosas frescas…de rosas espléndidas….de rosas sólo para vos…
Ni el antes ni el después, tendrán razón para vos.
Todo será uno en la quieta beatitud de ese instante donde todo se hermana, hasta el placer y el dolor, para buscar la UNIDAD, que es la nota mágica de toda BELLEZA…
Realiza tu oración a diario…..hazlo tu guía… Que sea tu breviario de cada hora.
Lo que en él está callado, como deber de sigilo, pregúntaselo a tu ego interno.
Húndete en vos mismo y háblale.
El lo sabe todo y podrá intuirte otras normas.
Que los siete caminos que van hacia la Divinidad, se abran a tu paso para … ¡¡¡ Que las rosas florezcan en tu jardín !!!
Alma Alada Nativa
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