El temazcal es un ritual de purificación (física, mental y espiritual), los nativos americanos lo usan desde tiempos inmemoriales para renovarse y “renovar sus relaciones”, “comulgar con la Madre Tierra y el Gran Espíritu a través de los 4 Elementos”.
Podríamos decir que un temazcal, es un sauna ritualizado. Se introducen piedras previamente calentadas en un fuego, en una choza, donde están sentados los participantes. Una vez entradas las piedras, se cierra la entrada de la choza y empieza el ritual.
Para el Nativo, la Naturaleza es un templo, una manifestación del Espíritu Creador. Toda criatura, planta o mineral está dotado de su aliento vital. Su visión animista del mundo le permite al Indio vivir rodeado de belleza, le hace amar y respetar profundamente la Creación y cada una de sus manifestaciones.
El Temazcal es el lugar en el que el Indio renueva su relación con el Mundo, con su gente, y con su visión espiritual de la Vida presente en todas las facetas de la misma.
Purifica y renueva su cuerpo y su mente a través del Fuego, del Agua (vapor), del Aire y de la Tierra.
Desde una perspectiva psicológica y evolutiva, el temazcal es una herramienta de auto-conocimiento en un espacio mágico (la invocación preliminar, hecha con tabaco, en el lenguaje chamánico, crea un espacio de Poder, hace que converjan los poderes del Universo en el punto de la Invocación en el que se reúnen (un altar ceremonial, un Fuego). Ese punto se convierte en una puerta hacia la dimensión mágica del “Gran Misterio”.
Se puede y se debe tener en cuenta y saber usar el potencial infinito presente en esa dimensión, para crecer, evolucionar, superar las propias limitaciones, atraer en nuestra vida lo que necesitamos para ser felices.
Podemos relacionar el temazcal con un crisol alquímico, estando presentes en el proceso los 4 elementos, el fuego que simboliza el espíritu, el aire que representa el plano mental, el agua las emociones, y la tierra el cuerpo físico.
En las tradiciones místicas y esotéricas se le da una crucial importancia a los denominados procesos de muerte y renacimiento, situando la experiencia transpersonal fuera del contexto meramente intelectual, por la experiencia de los procesos energéticos que tienen lugar en el temazcal. Dichos procesos invitan al cambio, a la transformación, aligerando los aspectos más densos de la psique. La actitud correcta consiste en entregarse a dichos procesos, consiste en una disposición favorable, desde la confianza hacia la “Medicina del Temazcal”. Confiar en sí mismo, en los demás, en que la Vida nos lleva siempre al buen lugar, puede resultar muy difícil, pero es la clave.
Se sabe que el temazcal actúa depurando las vías respiratorias y el aparato digestivo y tonificando el sistema nervioso, también ayuda en problemas óseos y musculares a través del calor del baño y las propiedades curativas de las distintas plantas medicinales que en él se utilizan.
“En el rito del onikaghe —la cabaña de sudar— intervienen todos los Poderes del Universo: la Tierra y todo lo que nace de ella; el agua, el fuego y el aire. El agua representa a los Seres del Trueno, que aparecen de una manera terrible pero traen beneficios: pues el vapor que sale de los peñascos en los que yace el fuego es pavoroso, pero nos purifica y nos permite así vivir como el Gran Espíritu quiere. Si nos volvemos realmente puros, puede ser incluso que el Gran Espíritu nos envíe una visión”.
(Alce Negro “La Pipa Sagrada”).
1 comentario:
que interesante.
Habìa escuchado el tèrmino, pero no sabìa que significado.
siempre se aprende algo.
Un abrazo.
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