Los pueblos Nativos –(mal llamados indios) - no perdieron
sus tierras, no se pierde lo que no se puede poseer. Lo que perdieron fue su
libertad para habitar la tierra donde vivieron sus antepasados.
La tierra no pertenece a nadie, nosotros pertenecemos a
ella. La posesión de tierra es una mera ilusión, finalmente al morir somos
nosotros los que somos devorados por ella. Sin embargo la lucha por territorio,
el genocidio y la reclusión de poblaciones enteras en campos de concentración a
los que desvergonzadamente llaman reservas, son una realidad de la historia de
nuestros pueblos originarios.
El sol, el agua, el aire, no pertenecen a nadie. Sin ellos
no podemos vivir, y lo mismo pasa con la tierra. ¿Qué derecho tenemos a ser
poseedores de algo que todos necesitamos para existir? Esto no es un lamento,
es ser consciente de lo que ocurrió y de lo que ocurre aún en pleno siglo XXI.
Tiokasin Ghosthorse