lunes

***El Guerrero Espiritual***

Toda la energía que los otros consumen en la auto importancia, la obsesión, la competencia, el afán de aparentar y dominar, el apego y la aversión, toda esa energía el guerrero la re-orienta hacia la evolución consciente.”

Nativo


1.- LA CONQUISTA SOBRE UNO MISMO Y LA CONSECUCIÓN DE LA LIBERTAD INTERNA ES EL PROPÓSITO ESENCIAL DEL GUERRERO ESPIRITUAL.
Le proporciona así un especial significado a la existencia, que comienza a contar y tener su propio peso específico de segundo en segundo, de momento en momento.

 2.- PARA ALCANZAR LA LIBERTAD INTERIOR Y COMPLETAR LA CONQUISTA DE UNO MISMO Y LA EVOLUCIÓN CONSCIENTE.
El guerrero espiritual instrumentaliza toda actividad, circunstancia y situación para ser tocado por la Sabiduría. Así da la bienvenida a todo lo que se presenta en su camino existencial, por doloroso que resulte. Nada en sí mismo es un obstáculo si se convierte en soporte de realización.

 3.- CULTIVA SU TEMPLE.
Es a la vez recio y manso, controlado y fluido. No descuida la actitud de coraje, enfrentando los miedos y temores. Aprecia la destreza y bruñe su carácter de guerrero con la meditación, la verdadera motivación y la apertura a la corriente de energía despierta. Aprende a navegar en el nivel de lo cotidiano y en el supra cotidiano.

4.- DESCONFIA DEL OCIO Y NO SE ENTREGA A LA INDOLENCIA.
Está presto. Se adiestra. Siempre preparado para la auto conquista. Pero jamás es rígido ni compulsivo. Jamás es más indulgente consigo mismo que con los otros. Él es su propio desafío y su propio reto. La apatía no tiene hueco en su ánimo. No cede a los achaques de la negligencia. Preserva el filo del discernimiento y sabe que la Sabiduría se gana y no se adquiere gratuitamente. Así no deja que su voluntad se agriete.

 5.- SI ALGO VALORA, POR ENCIMA DE TODO, EL GUERRERO ESPIRITUAL ES LA PAZ INTERIOR.
Nada es superior a un destello de auténtica paz. Nada es comparable. Pero esa paz es el resultado de una lucha sin tregua contra su propio ego. Se gana con dolor y con tesón. Es el oasis al final del desierto. No es el patrimonio de los débiles, y por eso aún en su propia debilidad, encuentra fortaleza. No se permite pretextarse en su debilidad, sino que al contrario incluso a la debilidad se le extrae la fuerza para continuar caminando. Se obtiene ventaja incluso de lo más desventajoso.

 6.- EL ÁNIMO SIEMPRE VIVO.
El ánimo renovado. Aunque las heridas sean profundas y largas como río, el ánimo inquebrantable. Tal es el ánimo del guerrero. Del fracaso se hace una enseñanza; de la derrota: una victoria; de la perdida, una lección de ecuanimidad. Un ánimo vital, pero sosegado. Un ánimo que previene contra las vacilaciones inútiles y que permite encarar las circunstancias adversas de la existencia sin ansiedad. Un ánimo que se mantiene incluso ante la muerte y permite reconciliarse con ella con elegancia y lucidez. Ese es el ánimo que permite superar la angustia que atenaza a todo ser humano ante las situaciones especialmente difíciles. El guerrero espiritual procede como si esa angustia no se presentase… aunque se presente.


 .7.- ES LA CONQUISTA DE UNO MISMO LA MÁS ELEVADA Y LA MÁS NOBLE.
Así lo sabe el guerrero y así se sirve de todos sus recursos para irla haciendo posible. Invoca a la Shakti (Madre Divina) haciendo uso de todas sus potencias. Así es que el guerrero se abandona, pero no se abandona. Del mismo modo que espera sin esperar. De igual forma que cree en todo sin creer en nada. Es una paradoja viviente, porque la vida es en sí mismo la gran paradoja por la que peregrinas. Asume, pero no desfallece. Se emplea a fondo cuando es necesario: se retira a su intimidad abismal cuando las circunstancias lo requieren. A veces es asaltado por la inmensa soledad propia de todo guerrero. Pero esa es la batalla que mejor sabe librar. Soledad sí, pero no desvalimiento. Hay un sabor de plenitud e infinidad en la desenfrenada soledad del ser humano. El guerrero se alimenta con ese sabor.


8.- EL GUERRERO ES UN EXPLOTADOR DE TODA POSIBILIDAD, DE TODA EXPERIENCIA, DE TODO ITINERARIO.
Su curiosidad es muy viva, aunque no compulsiva. Todo lo mira, de todo aprende, a todo le saca la inspiración. De ahí que nunca haya lugar para el aburrimiento; mucho menos para la timidez o el ánimo timorato. En su explorar consume mucha energía, pero debe aprender a renovarla. Sabe acumular energías y hacer uso de todos sus recursos.
Cuando se siente débil se conecta con la Fuente Primordial. De ella tomo su fuerza, su coraje sereno, su intrepidez para penetrar en universos vedados para el ser humano común. Él es instrumento de esa Fuente Primordial. Es humilde pensando que solo es una mota en los vastos universos. Pero se tonifica sintiendo que esa mota forma parte de la unidad de la Fuente Primordial. Sabiéndose el instrumento de un poder más alto, no se identifica con la acción ni mucho menos con los resultados de la misma.
Pero procede con destreza y hace lo mejor que puede en cualquier momento. Hace sin hacer, participa sin participar. No se entrega a desconcertantes aprensiones; no se deja desbordar por la inquietud. No se lamenta, no se auto compadece. No abre los portones de la duda por la duda. Confía en su energía de criatura viviente. Si sus fuerzas están al punto de agotarse, se refugia en la cueva de su corazón y escucha la voz de la Amada que le infunde nuevos ánimos. Recupera así el espíritu del guerrero, que es su mayor tesoro, su más espléndida riqueza.

9.- EL GUERRERO ESPIRITUAL TOMA LA VIDA COMO UN MAESTRO.
Se acepta en principio como es y desde esa aceptación comienza su sendero de autodesarrollo, no al margen de la vida, sino en roce continuo con la vida. Jamás acepta la injusticia, cultiva el sentido del servicio, hace la paz interior para compartirla, permanece en conexión con la más íntima realidad de iluminación y al tener que enfrentar las situaciones ordinarias de la vida, lo hace desde la simplicidad que permite aprender.
No gusta del artificio ni de la presuntuosidad. Refina sus relaciones con los otros y consigo mismo y apela a la bondad que reside dentro de sí mismo y de los demás. Habla de corazón a corazón, y sabe que tiene en común con todos los seres del mundo la Sabiduría que surge de la Fuente Primordial, de lo Incondicionado e Inefable. Es el conocimiento que guía al guerrero espiritual y que está en simiente en todos los seres.


10.- EL GUERRERO ESPIRITUAL APRECIA SU CUERPO, LO ATIENDE, LO DISPONE, LO PREPARA.
Sin apego, sin obsesión. También cuida su mente, la cultiva con esmero. Impone una dignidad a su carácter y examina su conducta. Mediante la meditación recobra su armonía básica. La postura meditacional es símbolo del talante del guerrero. Desde la Tierra quiere proyectarse hacia la Totalidad. La meditación le permite potenciar su elemento vigílico, poner en orden su mente, abrir su corazón, sincronizar todas sus energías. Todos los guerreros espirituales se sirven de la meditación, pero cada uno a su manera.


11.- LA INTREPIDEZ DEL GUERRERO ESPIRITUAL CONSISTE EN ABRIRSE, NO EN PARAPETARSE NI MUCHO MENOS ATRINCHERARSE.
Asume ese riesgo y espera lo que ocurre sin dejarse tomar por frustraciones del pasado o expectativas del futuro. Procede con precisión según las circunstancias lo requieren. Es a la vez recio y manso. Vigila su pensamiento y su conducta. Aprecia en grado sumo la relación humana. Sabe que no hay peor enemigo que un ego que se desborda y que nada debilita tanto como la infatuación y la auto importancia. Utiliza el discernimiento para abrirse camino aún en la confusión; apela el entendimiento que le proporciona la Enseñanza para arrojar luz a través de la ofuscación. No ahoga jamás sus pasiones; las orienta. Aprovecha todo momento para estimular el proceso del autoconocimiento.


12.- NO CREA RESISTENCIAS.
Está. De nada sirve parchear ni perderse en componendas. Se enfrenta y asume el riesgo de rodar por el campo de batalla. Pero sin resistencias, los sucesos son tal como son y sin ser distorsionados por la alucinación del pensamiento desordenado. El guerrero se adiestra en ver las cosas como son, para extraerles toda su sabiduría. No deja que su psicología se superponga a los acontecimientos y los falsee. Por eso no gusta de escapismos, subterfugios, autoengaños. No es negando el mundo fenoménico (samsara) que éste se supera, sino penetrándolo con la atención muy despierta y ecuánime.

13.- NO HAY PEOR BRUMA QUE EL AUTOENGAÑO.
El autoengaño adquiere caracteres de mayor gravedad en la senda del guerrero, porque no hay que imaginar que se está caminando si no se está avanzando ni una sola pulgada. La honestidad es el antídoto contra el autoengaño.
Un guerrero espiritual puede dejar de ser todo, menos honesto. Mejor es apartarse de la Enseñanza que estar en al Enseñanza sin comprometerse rigurosamente con ella. El guerrero espiritual desarrolla un gran sentido del humor, pero no juega con la Enseñanza.

14.- EL GUERRERO ESPIRITUAL SE MIRA A SÍ MISMO SIN SUBTERFUGIOS.
Es doloroso ponerse al descubierto, examinar las propias mezquindades, miedos, actitudes egocéntricas, tendencias neurológicas. Abre su psiquis en canal ante sí mismo. Se desgarra ante la propia visión de su interioridad y ahí halla toda su fuerza para emerger hacia una dimensión de veracidad. Se encara a todos sus fantasmas internos. No alivia ni amortigua sus miedos. Los instrumentaliza. Pone fin a las componendas. No se refugia en su torre de marfil psicológica, sino que emerge rompiendo las corazas que lo aprisionan y ahogan. Mira su mente, sus surcos repetitivos de consciencia, sin infinitos hábitos auto protectores, su impresionante urdimbre de autoengaños sutilmente tejidos.
Reconoce su enrarecida atmósfera interna de miedos, resquemores, ansiedades, pretensiones falaces y egoísmos. Porque es un guerrero se enfrenta con sus deficiencias. No desfallece. No se conforma. Contempla la necesidad de cambiar y comenzar a modificarse. Esa es su contienda. Conquistar el mundo no es nada al lado de lo que representa la conquista de uno mismo. Recurre al poder de la mente y al corazón. Aprende a pensar y dejar de pensar; a amar y ser compasivo. Recurre a su intuición de buscador.

15.- EL GUERRERO ESPIRITUAL ALTERNA EN SÍ MISMO SENSIBILIDAD Y CORAJE.
Con sensibilidad vive todas las situaciones; con coraje supera las circunstancias adversas. Porque es un observador diligente, aprende de cualquier circunstancia. Porque no se permite mantener su mente embotada, sabe en todo momento cual es su meta y conque medios cuenta para caminar hacia ella. Porque mantiene muy viva la motivación de libertad interior, supera las fascinaciones de la vida cotidiana, acopia fuerzas y sigue caminando hacia la Realización.

16.- EL GUERRERO ESPIRITUAL TRATA DE MANTENER SU MENTE LIMPIA.
Nada de dogmas, ni de ideologías, ni de obsesiones. Todo ello le roba su brillo, su fuerza, su talante. Nada de prejuicios ni adoctrinamientos. Todo ello le roba su frescura, su destreza. Confía en la observación penetrativa, más allá de filtros y acumulaciones. Sabe que el mejor consejero es la misma armonía interior y la mejor lámpara la comprensión lúcida. Se apoya en la disciplina y el esfuerzo no coercitivo ni compulsivo.


17.- EL GUERRERO PONE LOS MEDIOS PARA GANAR UNA DIMENSIÓN DE CONSCIENCIA NO CONTAMINADA POR EL APEGO Y LA AVERSIÓN.
En esa dimensión de consciencia no hay angustia y por tanto uno se puede relacionar con la vida y con las otras criaturas desde la cordura que proporciona la serenidad interior. Desde esta dimensión de consciencia, que no se pierde en ensoñaciones ni obsesiones, es posible acoplarse a la situación tal cual es y sacarle toda su inspiración y enseñanza. Cuando se procede así, todo se torna un acto meditacional. Hay un mensaje a cada instante y sobreviene una nueva espontaneidad que nada tiene que ver con el instintivismo ni la mendicidad. Hay una refrescante adaptabilidad. Se adentra uno con destreza en el laberinto de lo fenoménico.
No hay aferramiento; no hay resentimiento. Las cosas se viven con frescura, sin desgarramiento interior. Se sufre, se goza, desde la ecuanimidad y confiando en la propia energía y calidad de ser humano. Se es a pesar de todos los condicionamientos; permanece uno conectado con su naturaleza real, a pesar de todas las circunstancias. Cada situación adquiere relevancia, más allá de la rutina y el aburrimiento.


18.- EL GUERRERO ESPIRITUAL VALORA MUCHO LA INTELIGENCIA PURA, NO LOS CONCEPTOS NI EL PENSAMIENTO ORDINARIO.
La inteligencia pura es el arte de ver con claridad, de comprender con lucidez, de penetrar los fenómenos tal cual son. Esa inteligencia da por resultado el verdadero amor, el comportamiento honesto, la óptima relación con nosotros mismos y con los demás. Esa inteligencia permite que aflore una disciplina espontánea y natural, una mansedumbre no fingida ni artificial, una fluidez contagiosa y saludable. Esa inteligencia es la visión cabal, aquella que penetra y esclarece.
El guerrero espiritual se ejercita en cualquier modo de meditación para estimularla. Esa inteligencia pone el descubierto la realidad tal cual es y permite desplazarse hacia lo incondicionado. Desmantela el ego, disuelve el apego, quema los falsos ropajes y disfraces. Con esa inteligencia, la mente no se cree sus propias proyecciones, no hay posibilidad de infatuación, se deja confiar para siempre en la agresividad o el afán de poder. Una inteligencia tal, purifica; hace la actitud amorosa, pone armonía y orden dentro de uno mismo.


19.- CUANDO EL GUERRERO SE SIENTE O SE SABE SOLO, SE CONECTA CON EL LINAJE DE LOS GUERREROS ESPIRITUALES, SE SIENTE UNO DENTRO DEL CIRCULO INTERNO DE LA HUMANIDAD, TOMA INSPIRACIÓN Y FORTALEZA DE AQUELLOS QUE SE DESPERTARON Y REALIZARON SU HEROICIDAD ESPIRITUAL.
Entonces el guerrero recobra su valentía, su intrepidez, hasta su osadía. Los retrocesos en la búsqueda sólo son aparentes. La consistencia es lo que cuenta.
Toda la energía que los otros consumen en la auto importancia, la obsesión, la competencia, el afán de aparentar y dominar, el apego y la aversión, toda esa energía el guerrero la reorienta hacia la evolución consciente.
Ese rico caudal de energía interior permite la conexión con la energía de todos los seres vivientes y así nunca se agota, sino que se renueva e intensifica. Ampliando la consciencia de todo lo que ésta a su alcance, el guerrero descubre la afabilidad, el sentido de una brizna de hierba, la plenitud de lo impersonal y no referencial, la lucidez de la vigilia atenta y ecuánime, la sensación de libertad de la apertura sin barreras, el sabor reconfortable de enfrentar los hechos como son, sin subterfugios; el placer que proporciona la capacidad de explorar todo lo fenoménico, sin dejarse contaminar, empañar o seducir por los fenómenos y sin perder la conexión con el ángulo de quietud y cordura.
Aún los acontecimientos más triviales le sirven al guerrero para retomar el hilo de la consciencia. Al vaciarse de todo se llena de su propia realidad existencial. Al no tener la compulsiva necesidad de demostrar nada, todo sucede por sí mismo. Controla y fluye. Es de todos y de nadie demasiado. Está sin estar. Desarrolla una visión plena, no fragmentada. Confiando en su intuición primordial no necesita blindajes psíquicos.
Muchas veces le asaltan los pensamientos neuróticos que forman las milenarias memorias de todo ser humano, pero aprende a manejarse con ellos. La meditación les capacita para no dejarse tomar y encarcelar por las imágenes mentales.


20.- BUENA PARTE DEL SUFRIMIENTO ESTA EN LA MENTE.
Así lo sabe el guerrero, y sabe que en la mente hay que resolverlo. De tanto mirar el pasado y el futuro, el ser humano no se dispone sagazmente para el presente. Habitando en la ofuscación e insatisfactoriedad de la mente, no puede haber comunión ni con uno mismo ni con los demás. El guerrero espiritual enfrenta su mente, se encara a lo conceptual, enfrenta la compulsividad del pensamiento reactivo, aplica la ecuanimidad a sus viejos impulsos, comprende que la mejor defensa es no alimentar neuróticas autodefensas, se entrena en dinamitar los fundamentos del ego: identificación con la forma, el nombre, la imagen idealizada y la autoestima, la infatuación, los condicionamientos y adoctrinamientos, las reacciones y hábitos mentales, y otros.
El guerrero aprende a estar en sí mismo, desde la serenidad. Si no aprendemos a estar con uno mismo, ¿dónde podremos ir que nos sintamos bien? El guerrero espiritual se desnuda psicológicamente para ir más allá del tardo de su psicología. Sabe que no hay proceso sin sufrimiento, pero no genera sufrimiento sobre el sufrimiento. No cede a las fantasías, construcciones y coleccionismos del ego. Sabe que para ser hay que no ser.


21.- LAS DIFICULTADES SON LA OPORTUNIDAD DE ORO PARA EL GUERRERO ESPIRITUAL.
Le estimulan a ser distinto, superar los temores, confiar en su energía para relacionarse sabiamente con la situación, apelar a su resistencia, paciencia y ecuanimidad. Las dificultades le entonan, le robustecen, le evitan que el ánimo se enmohezca, le brindan la oportunidad de poner a prueba si realmente está evolucionando.


22.- LA MENTE HACE CONFUSIÓN Y OFUSCACIÓN COMO LA HUMEDAD RECREA EL MUSGO.
Por eso el guerrero espiritual entra en su mente para en ella resolver la oscuridad y hacer la lucidez de la consciencia. Según la condición de la mente, lo que a unos ata a otros libera. La actitud de la mente es esencial. El guerrero la cuida como a una orquídea única e irrepetible. Meditar es resolver los problemas en la mente y descubrir toda la sutil estructura del ego para habitar más allá de sus reacciones y sus paranoias.
Es el ego el que persigue y huye. Es el ego el que se aferra a los logros y se frustra; se sacia y se aburre. Pero cuando el guerrero se sitúa más allá de su ego y aprende a estar, descubre la inmensidad sin orillas que todo lo penetra.


23.- EL GUERRERO ALIMENTA UN SENTIDO DE PROFUNDO RESPETO POR SI MISMO Y POR LOS DEMAS.
No hay verdadero amor sin respeto. Respetar es no dañar, no exigir, no obligar, no agredir ni siquiera en la forma más sutil. Respetar es no manipular, no ser ladino, no servirse de artimañas ni subterfugios para explotar material o psicológicamente a los otros.
Respeta una piedra, una flor, un riachuelo o una criatura sintiente. Su actitud de respeto exhala su fragancia incesantemente. Es por esa inquebrantable actitud de respeto que el guerrero jamás se muestra arrogante ni mezquino, ni se ampara en falaces remordimientos no culpabilizaciones. Porque se respeta, es responsable y no se lamenta sin sentido. Porque se respeta se compromete a modificarse y pone realmente los medios para la mutación interior. El guerrero que no se respeta está al margen del arte de la guerrería espiritual.

24.- EL GUERRERO ESPIRITUAL MEDITA EN LA MUERTE COMO INEVITABLE, IMPREVISTA, DEFINITIVA E IRREPARABLE, PORQUE ASI POTENCIA CADA SEGUNDO DE SU VIDA Y LO PONE AL SERVICIO DE LA BUSQUEDA.
No hay tiempo que perder. Inspirándose en el mensajero divino de la muerte el guerrero fortalece su propósito, pule su actitud, no busca consuelos inútiles ni se deja seducir por los fenómenos, no se pierde en banalidades, cultiva una conducta adecuada, no enreda con mezquindades, no cultiva emociones negativas, instrumentaliza todo para hallar el Conocimiento liberador, mejora sus relaciones, no pierde su tiempo en recuerdos o fantasías mecánicas, está siempre presto a la conquista de si mismo, se cree ante la adversidad, fomenta sin tregua la atención y estimula la consciencia. Sabe que cuando logre morir a sus condicionamientos y a su ego, incluso el miedo a la muerte habrá desaparecido.


25.- EL GUERRERO ESPIRITUAL DOMINA EL ARTE DEL MIRAR INAFECTADO.
Manteniéndose en la energía del observador, desidentificado, es libre. Esa libertad es su ganancia, es su logro, es su enjundia. En el mirar inafectado, en el atestiguar desidentificado, no hay conflicto, no hay tensión. Sólo hay la voluntad de ser. Esa energía del observador adquiere toda su potencia cuando la mente aprende a silenciarse.
Si cesa el charloteo de la mente y la atención se intensifica hasta su límite, el guerrero alcanza con su visión más allá de esas apariencias que a los otros detiene. En esa mente tan abismalmente silenciosa, tan inmensamente atenta, brota una energía transpersonal que acrecienta la consciencia y ensancha la comprensión. Lo inefable, lo incondicionado toma al guerrero.
El fuego interior se despliega y quema las impurezas de la mente, deflagrando los hábitos coagulados y permitiendo que surja una implosión de comprensión que proporciona un giro a la mente y una manera hasta entonces insospechada de ver.

 Gracias!!   Sherieh Serrano Valdez



Articulo difundido por

Ciudad Virtual de la Gran Hermandad Blanca - http://hermandadblanca.org/

viernes

***LA GRAN SABIDURÍA TOLTECA***

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“Existe en el universo una fuerza inmensurable e indescriptible que los brujos llaman “Intento” y absolutamente todo cuanto existe en el cosmos está enlazado, ligado a esa fuerza por un vínculo de conexión.
Por ello, el total interés de los brujos es delinear, entender y utilizar tal vínculo, especialmente limpiarlo de los efectos nocivos de las preocupaciones de la vida cotidiana. A este nivel, la brujería podría definirse como el proceso de limpiar nuestro vínculo con el intento.”

De “El Conocimiento Silencioso” por Carlos Castaneda



Una aportación de L. Lovera G.

Del Intento
De los pocos sobrevivientes de la Toltequidad (de los Indios Toltecas), tal vez el linaje más conocido es el que describe Carlos Castaneda en sus libros: El de su benefactor, don Juan Matus, brujo Yaqui Mexicano, compuesto de 15 generaciones de nuevos videntes -como se hacen llamar para diferenciarse de los antiguos Toltecas, descubridores de su conocimiento, y que existieron, según el mismo don Juan, hace aproximadamente 12.000 años-.
Los nuevos videntes llaman a su enseñanza en general “La Maestría de la Conciencia” o “La Maestría del estar Consciente de Ser” y tiene como objetivo entrenar el grado de percepción y conciencia de sus practicantes a límites verdaderamente insospechados por la cultura occidental moderna. Estos nuevos videntes dividen la impartición de su conocimiento en tres grandes áreas: “La Maestría del Acecho”, “La Maestría del Ensueño” y “La Maestría del Intento”.
De las tres maestrías, la que más esfuerzo requiere de sus participantes es la del Intento, pero curiosamente no es por su grado de sofisticación, que por supuesto lo tiene, sino por la dificultad que los practicantes tienen para aceptar que existe un poder en su interior que está al alcance de su mano.
Pero entonces ¿a qué, exactamente, llaman “Intento” los nuevos Toltecas?

Antes de entrar de lleno a esta definición, y al ser la palabra Intento una palabra utilizada regularmente en la actualidad, me despierta la curiosidad saber cuál es la definición del diccionario de la Real Academia de la lengua Española para este término.
He aquí lo que encontré:

Intento, ta. (Del lat. intentus).

1. adj. ant. atento.
2. m. Propósito, intención, designio.
3. m. Cosa intentada.
4. loc. adv. de propósito.
Intención. (Del lat. intent?o, -?nis).
f. Determinación de la voluntad en orden a un fin.

Al leer estas definiciones no me sorprende ver incluidos -muy someramente- dos términos que los Toltecas ya acuñaban, y que por sí mismos evocan dos fuerzas internas que todos, en menor o mayor medida conocemos: La Atención y La Voluntad.
Hace tiempo escribí la definición que don Juan Matus diera a Castaneda acerca del Intento en el libro “El Conocimiento Silencioso”. 
Quisiera agregar que en “El Fuego Interno” se cita también lo siguiente: “El Intento es una fuerza que se encuentra presente en todo lo que existe. Los antiguos videntes jamás se propusieron desentrañar el misterio de la fuerza que los hizo crear sus prácticas secretas; simplemente lo aceptaron como algo sagrado. 
Pero los nuevos videntes lo observaron de cerca y lo llamaron voluntad, la voluntad de las emanaciones del Águila, o el Intento.” y Una cita más del mismo libro: “La llamaron Intento y la describieron como guiar la voluntad, o guiar intencionalmente la energía del alineamiento”

Ya salieron términos raros. Las “emanaciones del Águila”, la “energía del alineamiento” . 
En palabras sencillas, y siempre recordando que estamos hablando del acto de “percibir el universo” o de estar “conscientes de ser”, los Toltecas sabían, en base a miles de años de práctica, lo que la física cuántica está descubriendo ahora: El universo material no existe como tal. No-hay-tal-materia.

La respuesta es el descubrimiento que, tanto los físicos modernos en la actualidad, como los Toltecas antiguos, cada uno por diferentes caminos y en diferentes niveles, hicieron en su momento: La Materia no es tan sólida como creemos que es. 
De hecho, el universo entero no es como creemos que es.
Me explico: En su propia terminología, los Toltecas sabían que la materia, antes de ser materia, es energía. 
También sabían que la “materia” es tan sólo una interpretación sensorial de esa energía que emana de una fuente infinita e inagotable a través del universo en forma de “filamentos de energía”, fuente a la que llamaron simplemente “El Águila” -incluso creo yo que de ahí todo simbolismo de esta magnífica ave en casi todas las culturas precolombinas-.
Esta energía, por decirlo de alguna manera, es una energía creadora, y es a través de esa infinita continuidad y fluidez que proporciona las condiciones para que la vida se renueve a cada instante. Es la energía de la que surgen todas las cosas, todos los mundos, materiales y espirituales, orgánicos e
inorgánicos.
Los Toltecas llamaron a esa fuerza creativa simplemente como “La Voluntad del Águila” o “El Intento”, por la imperativa orden que los seres conscientes tienen de crear con ella el mundo en el que viven.
Fisica cuantica y chamanismo
Por otro lado, los físicos cuánticos modernos están hoy día verdaderamente consternados por la forma en que la materia se comporta a niveles subatómicos.
Nuestros científicos han descubierto que la materia está compuesta por 99.99% de ¡espacio vacío! De nada, de aire, llámenlo como quieran. 
Pero lo verdaderamente increíble ocurre en ese otro 0.01% de “materia restante”, ya que, al parecer, !sólo está ahí cuando alguien la mira! Dicho de otra manera: Sólo cuando alguien pone su “atención” en esas micro partículas -llamadas Quarks- éstas se “materializan” . Mientras nadie ponga su atención en ella, esta partícula, por decirlo de alguna manera, “no está ahí”. 
NO EXISTE EN ESE LUGAR.

Aunque tal vez es más correcto considerarlo de la otra forma: La misma partícula puede estar en cualquier lugar, o mejor dicho aún, está en TODOS al mismo tiempo y solamente toma su lugar “espacio-tiempo” en el universo material cuando alguien se voltea a ver. 
Cuando alguien le presta su “atención“.
Deepak Chopra dice: “La física cuántica no es sólo extraña, es aún más extraña de lo que podemos llegar a imaginar.”

El físico Max Planck, uno de los físicos y mentes más brillantes del siglo XX (considerado junto con Einstein el padre de la Mecánica Cuántica) lo planteó de la siguiente manera, al recibir el premio nobel de física por su descubrimiento de la naturaleza cuantizada de la energía:
“Como un hombre que ha dedicado toda su vida a la ciencia más clara, el estudio de la materia, les puedo decir, como resultado de mi investigación de los átomos, lo siguiente: No existe materia alguna. Toda materia se origina y existe sólo en virtud de una fuerza que lleva a las partículas de un átomo a vibrar y mantiene unido este diminuto sistema solar.

Debemos asumir que detrás de esta fuerza existe una mente consciente e inteligente. Esta mente es la matriz de toda materia.”


Esa mente creadora, como la llamó Max Plank, es el Águila de los Toltecas, y esa fuerza que permite la unión de ese diminuto sistema solar es el Intento.
Los antiguos Toltecas, aunque no entendían muy bien esta fuerza creadora, sí entendieron dos cosas: Uno, que absolutamente todo en el universo proviene y está ligado a ella, y dos, que el ser humano, al estar ligado a ella, puede aprender, no sólo a controlarla sino a manipularla a voluntad.

¿Manipularla para qué?, podría ser la siguiente pregunta, y la respuesta es tan amplia como los deseos que quieras cumplir: Para cualquier cosa que desees. Cualquier experiencia que quieras.

Es una fuerza creadora, ¿recuerdas? Qué deseas? ¿Riquezas?, el Intento te las dará. ¿Poder?, el Intento te lo dará. ¿Salud, bienestar, armonía, abundancia, sabiduría? el Intento te los dará. El Intento moverá las piezas universales necesarias y te proporcionará lo que le pidas. Recuerda que ya estás conectado a él. De hecho todo lo que ahora tienes, tu vida, tu salud, tu situación económica es producto de tu interacción con el Intento.
Qué tan rápido se manifieste lo que pidas dependerá únicamente de qué tan limpio esté tu vínculo con esa fuerza creadora.
A la gente común le llevará un tiempo materializar sus deseos. A los maestros de inmediato.

Sólo recordemos algo que los nuevos videntes saben acerca del poder del Intento: Este poder sólo incrementará el carácter y la naturaleza de quien lo posea.
Si eres una persona violenta, mezquina o ligera, el poder lo único que hará será potenciar esa violencia, esa mezquindad y esa ligereza.
En cambio, si eres una persona templada, sabia y bondadosa, el poder incrementará esas cualidades.

Por tanto, es indispensable templar el carácter de los aprendices en base a un estricto código de conductas, destinadas no sólo a limpiar el vínculo de conexión con el Intento, sino a implantar la necesidad de emplear esos conocimientos para la búsqueda de un fin ulterior, llamado la búsqueda de la libertad total, en vez del engrandecimiento personal material producto del ego.
Ese camino se ha llamado por milenios el “Camino del Guerrero” y a los que se atreven a transitarlo se les conoce como Guerreros, por la implacable lucha que día a día deben librar por convertirse en seres iluminados....